Wednesday, August 17, 2005

Películas imperdibles en el tiempo, 2º parte

A fines de la década de los cincuenta, el director William Wyler, lleva a la pantalla cinematográfica la mejor adaptación de los clásicos épicos, “Ben-Hur” (1959), donde inmortaliza al mítico Charlton Heston y donde las exigencias técnicas y estéticas lo llevan a filmar en 70 milímetros, formato super panorámico que realza la majestuosidad del film. Para esa época el drama, la puesta en escena y los maravillosos decorados hacen que la estructura de la narración, así como los momentos de clímax sean impactantes, logrando completa atención de parte del espectador durante las más de 3 horas y media que dura el filme. Cabe recordar que esta película, junto a Titanic (1997) ha sido la más premiada mundialmente con la entrega de los Oscar, logrando 11 estatuillas.










Para fines de la década de los sesenta, un metódico director, Stanley Kubrick, sorprende al mundo con la apuesta “2001, una odisea del espacio” (1968), donde narra el trayecto y la evolución del hombre desde sus primitivos inicios hasta una época futura; agregando como factor de encadenamiento, un monolito negro que representa la esencia del ser humano y por lo tanto toda su existencia. Hay que destacar que en esta película existe el flash forward más grande en la historia del cine, el famoso plano del mono que lanza el trozo de hueso seguido de un plano de una nave espacial, pasando 5 mil años de historia en una fracción de segundo. Por otra parte esta película está llena de códigos semiológicos e implícitos como el de la super computadora HAL 9000 (letras precesoras de IBM) la cual es representada por un ojo rojo que todo lo ve, similares características las encontramos en “1984” y “The Truman Show” o la danza de las naves espaciales al ritmo del clásico Danubio Azul.




Al hablar de mafia se nos viene a la mente la obra maestra de Francis Ford Coppola, “El Padrino” (1972), y sin lugar a duda la imagen de icono de esta película es el desaparecido Marlon Brando, interpretando a Don Vito Corleone, jefe de una de las familias que controlan los suburbios en New York en la década de los 40. El planteamiento de los personajes, la estructura dramática del guión y la excelente fotografía de Gordon Willis, que gracias al juego de luz y sombra no deja ver los ojos del padrino, hace que esta película sea catalogada como una de las mejores de la historia del cine. Coppola se sumerge en un sub mundo de peligro y confabulaciones entre poderosas familias, donde desarrolla un guión fuerte y ascendente en la progresión dramática de los conflictos y las acciones de los personajes.







Un joven realizador construyó un mundo propio de sueños e ilusiones, su mente dio a luz un universo extraordinario, personajes de las más diversas características e historias dan vida a la extraordinaria saga de “La Guerra de las Galaxias” (1977), de George Lucas, quien diseña y pone alma a cada uno de los personajes, inventa un nuevo universo y junto a ello crea valores y principios, estableciendo la eterna lucha del bien contra el mal. Lucas en su propio mundo desarrolla lo que muy pocos artistas pueden hacer, en esta saga la progresión de las emociones y los sentimientos de los personajes van de la mano con las excelentes composiciones musicales de John Wiliams.
El joven Luke Skywalker transita por una búsqueda de su verdadero yo, con lo cual debe decidir y tomar el rumbo adecuado (imagen del joven viendo la puesta de dos soles, los cuales representan el bien y el mal, o su padre y su madre)




Por último, nuevamente Francis Ford Coppola lleva a la gran pantalla una película estremecedora y cruda, “Apocalypse Now” (1979), donde el Capitán Willard (Martin Sheen) se le encomienda un viaje río arriba en busca de encontrar y asesinar al coronel Kurtz, quien es interpretado por un frío y misterioso Marlon Brando. El director Coppola se nutre de las experiencias vividas durante la guerra de Vietnam y crea un mundo desconsolado y en permanente conflicto, donde la lucha y la muerte son elementos que están en toda la trama, al igual que la locura y el pánico. Una de las escenas clásicas es el ataque de los helicópteros a un poblado vietnamita, donde los grandes parlantes tocando la clásica ópera de Wagner, hacen que la masacre hacia los pobladores sea vista como un juego de feria, donde gana el que más tarros bota.

Tuesday, August 16, 2005

La guerra de los mundos y sus cuatro aristas

Hacia 1898 el mundo de la literatura vio nacer un extraño relato sobre misteriosas naves extraterrestres invadiendo nuestro planeta. Se trataba de la pluma del prolífico escritor Herbert George Wells (H.G. Wells), quien para esos años se nutre tanto de su imaginación como de las exigencias y desempeño social que había en ese entonces, no olvidar la creciente industria que se generaba gracias a la revolución industrial, por lo que Wells crea un relato sustentable en el tiempo a la vez que explora y asemeja las cualidades creadas por los relatos de Julio Verne.

Es así como el escritor nos lleva por un mundo futurista pero real, donde la emergente civilización humana sucumbe ante la inesperada llegada de los marcianos tras arribar al planeta tierra en busca de mejores horizontes y obviamente el desastre total del planeta.



Una de las cosas más curiosas y anecdóticas con respecto a este libro que luego se trasformara en una película, es la apuesta de radioteatro que el director Orson Wells lleva al publico masivo en el año 1938, cuando comienza a recitar las primeras páginas de la novela de Wells, provocando el caos y el pánico de los oyentes, llegando a la histeria e incluso al suicidio colectivo como medio de salvación ante la presencia de los llamados marcianos.

Para el año 1953 el director Byron Haskin estremece en los cines con la primera apuesta fílmica de La guerra de los Mundos, provocando expectación y gran conmoción al incorporar efectos especiales de última generación para esa época que realzaban la estética y el impresionismo de la emergente industria fílmica de la ciencia ficción.

El relato es muy parecido al que describe el libro, la caída de misteriosos meteoritos en todo el planeta son el punto inicial de la llegada de los marcianos, los cuales al comprobarse que son hostiles comienza una lucha desesperada de parte lo las fuerzas militares por defender la tierra.

Esta película se centra en el hilo conductor que genera el personaje principal, el doctor Clayton Forrester (Gene Barry), quien dada su experiencia ayuda a elaborar planes de acción así como comprender y evaluar el desempeño y el tipo de estrategias a utilizar por parte del ejército. La historia posee una trama lógica de desempeño progresivo y donde al final, después de la destrucción casi total viene el desenlace, que al igual que en el libro, esta dado por algo tan pequeño e insignificante a los ojos de los personajes, lectores y espectadores, pero tan grande para la salvación de la humanidad como son los microorganismos celulares a niveles ínfimos, que si bien son pequeños en tamaño, son lo suficientemente grandes como para provocar la agonía y la muerte de los poderosos marcianos. Esta es una analogía de aquella frase que dice que el vuelo de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo.

Pasaron más de cincuenta años para que un consagrado realizador cinematográfico, llamado Steven Spielberg, quien por ciento ha pasado por prácticamente todos los géneros del cine como terror (Tiburón), aventuras (Indiana Jones), Ciencia Ficción (E.T),drama (La Lista de Schlinder), bélica (Salvando al Soldado Ryan), Comedia (La Terminal), tuviese la idea, el ingenio y por supuesto las ganas de realizar un remake del clásico de 1953. Para ello tomó como actor principal a Tom Cruise, con quien compartió créditos en Minority Report del 2002.

La acción se sitúa cuando un tornado genera rayos que caen a la tierra, por los cuales viajan la esencia de los extraterrestres los cuales toman posesión de gigantescas maquinas enterradas en nuestro planeta, al parecer por miles de años.

En comparación con el libro y la primera película, este protagonista tiene dos hijos y una esposa, pero que su relación de familia es un elemento de constante choque y que gracias al desenlace de la película vuelve a recuperar la esperanza del amor y los sueños.

Spielberg toma de la mano el desequilibrio de la familia para dar brillo y expectación a esta singular guerra, es por ello que, el ataque de los marcianos contra los hombres es al parecer solo una excusa para el reencuentro y la unificación de los lazos familiares. En el ejemplo más claro vemos como nuestro protagonista se hace capturar por una de las máquinas marcianas con el motivo de rescatar a su pequeña hija, la lucha de un insignificante hombre contra una gigantesca maquina, el forcejeo y la derrota de ésta es una clara analogía de la epopeya clásica de David y Goliat, donde se pone a prueba la fuerza de la inteligencia contra la fuerza física.

Sin duda, los efectos especiales de la película son el fuerte atractivo que guía la acción y el desenlace al igual que en el libro y la película de 1953 está dado por los elementos más pequeños que componen nuestra vida y que al parecer son un fiel reflejo de los efectos de la evolución del hombre y su comportamiento directo con el planeta.
Películas imperdibles en el tiempo, 1º parte

El llamado séptimo arte es un término que fue acuñado en 1914 por el italiano Riccioto Canudo en su libro “El Manifiesto de las Siete Artes”. En este se mencionan todas las ramas que conforman la máxima expresión de cultura dentro de la sociedad.
Lo que más llama la atención es que hacia 1914, solo habían pasado 2 décadas de la primera proyección de cine en el mítico café parisino a cargo de los hermanos Lumiere, razón por la cual, el tiempo trascurrido es evidentemente poco, en comparación con la demás ramas del arte como la arquitectura, pintura, escultura, danza, música y literatura, las cuales fueron evolucionando durante miles de años para reconocer su verdadera contribución a la sociedad.

El cine tiene poco más de un siglo de funcionamiento y son miles las películas que han pasado por nuestras cabezas, provocando lo que pocas cosas en la vida nos sorprenden e iluminan en un sólo abrir y cerrar de ojos: la alegría, el drama, la tristeza, el odio, la esperanza y muchos otros sentires con los cuales se alimenta nuestra alma.

En el recorrido por la historia del cine nos hemos encontrado con todos los sentimientos habidos y por haber, la creación de una pieza audiovisual indaga todos los sentidos del hombre, por lo que crea un sinnúmero de emociones y estados dentro del hombre.

El séptimo arte nos ha llevado a recorrer nuevos mundos, con él hemos conocido personajes de antología, nos hemos deslumbrado con narraciones espectaculares, con puestas en escena maravillosas, nos hemos conmovido con la luz y los colores de las magnificas direcciones de fotografías, hemos escuchado hermosas melodías y composiciones musicales; en fin, el cine es una completa y majestuosa obra de arte de aquellas que llenan el alma.

Partiendo por los inicios del cine, donde la innovación y la creación eran las principales herramientas y donde los realizadores incorporaban nuevas técnicas tenemos el caso de “El Acorazado Potemkin”(1925), del director Sergei Eisenstein, donde la estructura narrativa de la historia no es llevada tanto por los personajes ni por el desarrollo de las acciones, sino más bien por la herramienta del montaje, donde Eisenstein ocupa por primera vez en la historia del cine los llamados montajes rítmicos y métricos, lo cual significa que la trama de la película y los momentos de clímax son sincronizados a la perfección con el montaje de sonido, a la vez que la progresión dramática de las escenas y la estructura de la composición de la imagen y la música se ponen a favor del ritmo propiamente tal del film (ejemplo claro en la famosa secuencia de la escalera de Odessa).

El cine alemán es una doctrina metódica de sucesos y acontecimientos que ponen en tela de juicio el desarrollo y comportamiento de la sociedad, es por ello que “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang, cumple con los procesos y experimentación de un cine de vanguardia. En esta película el desarrollo conceptual está ligado fuertemente al desarrollo tecnológico y cómo la sociedad se debe de enfrentar al permanente conflicto y lucha contra las máquinas. Esta es la primera película en la historia del cine en incorporar un robot con características humanas, que dicho sea de paso es un robot de genero femenino. La toma en que aparece esta robot es una de las grandes escenas del cine y donde uno de los conflictos futuristas a los que apunta Lang es justamente la creación de vida por parte de las máquinas donde la incorporación del robot femenino esta fuertemente ligado al nacimiento de la vida y cómo ésta puede llegar a caer a manos de la tecnología en un futuro cercano.

Otra de las películas que se merece estar en esta lista es sin duda “El Mago de Oz” (1939), del director Victor Fleming, que es una buena adaptación del clásico cuento infantil sobre una pequeña niña que es llevada por un tornado a un país desconocido, donde la inocencia y la fabula se mezclan para dar vida a personajes extraordinarios.Dorothy, junto a su perro Toto (nombre que incorpora el popular grupo musical) viajan por parajes alucinantes, donde la progresión dramática de la película pasa desde las primeras escenas en un color sepia, hasta llegar al país donde abundan los colores, los grandes escenarios, las pinturas mate, los trajes exóticos y la magia e inocencia de los personajes.








Siguiendo con esta lista tenemos lo que muchos críticos del cine llaman la mejor película de la historia, “El Ciudadano Kane” (1941), obra de Orson Welles, quien refleja los sucesos que acontecen en un mundo alocado tras la muerte de un magnate de las comunicaciones y sus ultimas palabras. Esta fue la primera película que desafió a la emergente industria del cine norteamericano y sus asociaciones de técnicos, al incorporar en los créditos finales el nombre del director, Orson Welles, más el nombre del director de fotografía, Gregg Toland. Esto fue para unificar el trabajo artístico de ambos y reconocer la magnifica puesta en escena, los planos y el trabajo de cámara y dirección de fotografía de Toland.








El cine musical fue una gran veta para la incorporación de un nuevo tipo de género en este rubro y de paso apreciar las dotes de los actores en el manejo escénico y musical. El caso más emblemático es “Cantando Bajo la Lluvia” (1952), de los directores Gene Kelly y Stanley Donen, que con una historia sencilla hacen disfrutar al espectador desde el carisma, la alegría, el amor, el humor y la comedia musical, en una película graciosa y simpática. El mismo Gene Kelly además de compartir crédito como director es también el actor principal, junto al histriónico Donald O´connor, Globo de Oro al mejor actor comediante y la tierna Debbie Reynolds. La famosa imagen de Kelly cantando y danzando bajo la copiosa lluvia es una imagen consagrada de amor y alegría que perdura durante varias décadas.