La guerra de los mundos y sus cuatro aristas
Hacia 1898 el mundo de la literatura vio nacer un extraño relato sobre misteriosas naves extraterrestres invadiendo nuestro planeta. Se trataba de la pluma del prolífico escritor Herbert George Wells (H.G. Wells), quien para esos años se nutre tanto de su imaginación como de las exigencias y desempeño social que había en ese entonces, no olvidar la creciente industria que se generaba gracias a la revolución industrial, por lo que Wells crea un relato sustentable en el tiempo a la vez que explora y asemeja las cualidades creadas por los relatos de Julio Verne.
Es así como el escritor nos lleva por un mundo futurista pero real, donde la emergente civilización humana sucumbe ante la inesperada llegada de los marcianos tras arribar al planeta tierra en busca de mejores horizontes y obviamente el desastre total del planeta.
Una de las cosas más curiosas y anecdóticas con respecto a este libro que luego se trasformara en una película, es la apuesta de radioteatro que el director Orson Wells lleva al publico masivo en el año 1938, cuando comienza a recitar las primeras páginas de la novela de Wells, provocando el caos y el pánico de los oyentes, llegando a la histeria e incluso al suicidio colectivo como medio de salvación ante la presencia de los llamados marcianos.
Para el año 1953 el director Byron Haskin estremece en los cines con la primera apuesta fílmica de La guerra de los Mundos, provocando expectación y gran conmoción al incorporar efectos especiales de última generación para esa época que realzaban la estética y el impresionismo de la emergente industria fílmica de la ciencia ficción.
El relato es muy parecido al que describe el libro, la caída de misteriosos meteoritos en todo el planeta son el punto inicial de la llegada de los marcianos, los cuales al comprobarse que son hostiles comienza una lucha desesperada de parte lo las fuerzas militares por defender la tierra.
Esta película se centra en el hilo conductor que genera el personaje principal, el doctor Clayton Forrester (Gene Barry), quien dada su experiencia ayuda a elaborar planes de acción así como comprender y evaluar el desempeño y el tipo de estrategias a utilizar por parte del ejército. La historia posee una trama lógica de desempeño progresivo y donde al final, después de la destrucción casi total viene el desenlace, que al igual que en el libro, esta dado por algo tan pequeño e insignificante a los ojos de los personajes, lectores y espectadores, pero tan grande para la salvación de la humanidad como son los microorganismos celulares a niveles ínfimos, que si bien son pequeños en tamaño, son lo suficientemente grandes como para provocar la agonía y la muerte de los poderosos marcianos. Esta es una analogía de aquella frase que dice que el vuelo de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo.
Pasaron más de cincuenta años para que un consagrado realizador cinematográfico, llamado Steven Spielberg, quien por ciento ha pasado por prácticamente todos los géneros del cine como terror (Tiburón), aventuras (Indiana Jones), Ciencia Ficción (E.T),drama (La Lista de Schlinder), bélica (Salvando al Soldado Ryan), Comedia (La Terminal), tuviese la idea, el ingenio y por supuesto las ganas de realizar un remake del clásico de 1953. Para ello tomó como actor principal a Tom Cruise, con quien compartió créditos en Minority Report del 2002.
La acción se sitúa cuando un tornado genera rayos que caen a la tierra, por los cuales viajan la esencia de los extraterrestres los cuales toman posesión de gigantescas maquinas enterradas en nuestro planeta, al parecer por miles de años.
En comparación con el libro y la primera película, este protagonista tiene dos hijos y una esposa, pero que su relación de familia es un elemento de constante choque y que gracias al desenlace de la película vuelve a recuperar la esperanza del amor y los sueños.
Spielberg toma de la mano el desequilibrio de la familia para dar brillo y expectación a esta singular guerra, es por ello que, el ataque de los marcianos contra los hombres es al parecer solo una excusa para el reencuentro y la unificación de los lazos familiares. En el ejemplo más claro vemos como nuestro protagonista se hace capturar por una de las máquinas marcianas con el motivo de rescatar a su pequeña hija, la lucha de un insignificante hombre contra una gigantesca maquina, el forcejeo y la derrota de ésta es una clara analogía de la epopeya clásica de David y Goliat, donde se pone a prueba la fuerza de la inteligencia contra la fuerza física.
Sin duda, los efectos especiales de la película son el fuerte atractivo que guía la acción y el desenlace al igual que en el libro y la película de 1953 está dado por los elementos más pequeños que componen nuestra vida y que al parecer son un fiel reflejo de los efectos de la evolución del hombre y su comportamiento directo con el planeta.
Hacia 1898 el mundo de la literatura vio nacer un extraño relato sobre misteriosas naves extraterrestres invadiendo nuestro planeta. Se trataba de la pluma del prolífico escritor Herbert George Wells (H.G. Wells), quien para esos años se nutre tanto de su imaginación como de las exigencias y desempeño social que había en ese entonces, no olvidar la creciente industria que se generaba gracias a la revolución industrial, por lo que Wells crea un relato sustentable en el tiempo a la vez que explora y asemeja las cualidades creadas por los relatos de Julio Verne.
Es así como el escritor nos lleva por un mundo futurista pero real, donde la emergente civilización humana sucumbe ante la inesperada llegada de los marcianos tras arribar al planeta tierra en busca de mejores horizontes y obviamente el desastre total del planeta.
Una de las cosas más curiosas y anecdóticas con respecto a este libro que luego se trasformara en una película, es la apuesta de radioteatro que el director Orson Wells lleva al publico masivo en el año 1938, cuando comienza a recitar las primeras páginas de la novela de Wells, provocando el caos y el pánico de los oyentes, llegando a la histeria e incluso al suicidio colectivo como medio de salvación ante la presencia de los llamados marcianos.
Para el año 1953 el director Byron Haskin estremece en los cines con la primera apuesta fílmica de La guerra de los Mundos, provocando expectación y gran conmoción al incorporar efectos especiales de última generación para esa época que realzaban la estética y el impresionismo de la emergente industria fílmica de la ciencia ficción.
El relato es muy parecido al que describe el libro, la caída de misteriosos meteoritos en todo el planeta son el punto inicial de la llegada de los marcianos, los cuales al comprobarse que son hostiles comienza una lucha desesperada de parte lo las fuerzas militares por defender la tierra.
Esta película se centra en el hilo conductor que genera el personaje principal, el doctor Clayton Forrester (Gene Barry), quien dada su experiencia ayuda a elaborar planes de acción así como comprender y evaluar el desempeño y el tipo de estrategias a utilizar por parte del ejército. La historia posee una trama lógica de desempeño progresivo y donde al final, después de la destrucción casi total viene el desenlace, que al igual que en el libro, esta dado por algo tan pequeño e insignificante a los ojos de los personajes, lectores y espectadores, pero tan grande para la salvación de la humanidad como son los microorganismos celulares a niveles ínfimos, que si bien son pequeños en tamaño, son lo suficientemente grandes como para provocar la agonía y la muerte de los poderosos marcianos. Esta es una analogía de aquella frase que dice que el vuelo de una mariposa puede provocar un tornado al otro lado del mundo.
Pasaron más de cincuenta años para que un consagrado realizador cinematográfico, llamado Steven Spielberg, quien por ciento ha pasado por prácticamente todos los géneros del cine como terror (Tiburón), aventuras (Indiana Jones), Ciencia Ficción (E.T),drama (La Lista de Schlinder), bélica (Salvando al Soldado Ryan), Comedia (La Terminal), tuviese la idea, el ingenio y por supuesto las ganas de realizar un remake del clásico de 1953. Para ello tomó como actor principal a Tom Cruise, con quien compartió créditos en Minority Report del 2002.
La acción se sitúa cuando un tornado genera rayos que caen a la tierra, por los cuales viajan la esencia de los extraterrestres los cuales toman posesión de gigantescas maquinas enterradas en nuestro planeta, al parecer por miles de años.
En comparación con el libro y la primera película, este protagonista tiene dos hijos y una esposa, pero que su relación de familia es un elemento de constante choque y que gracias al desenlace de la película vuelve a recuperar la esperanza del amor y los sueños.
Spielberg toma de la mano el desequilibrio de la familia para dar brillo y expectación a esta singular guerra, es por ello que, el ataque de los marcianos contra los hombres es al parecer solo una excusa para el reencuentro y la unificación de los lazos familiares. En el ejemplo más claro vemos como nuestro protagonista se hace capturar por una de las máquinas marcianas con el motivo de rescatar a su pequeña hija, la lucha de un insignificante hombre contra una gigantesca maquina, el forcejeo y la derrota de ésta es una clara analogía de la epopeya clásica de David y Goliat, donde se pone a prueba la fuerza de la inteligencia contra la fuerza física.
Sin duda, los efectos especiales de la película son el fuerte atractivo que guía la acción y el desenlace al igual que en el libro y la película de 1953 está dado por los elementos más pequeños que componen nuestra vida y que al parecer son un fiel reflejo de los efectos de la evolución del hombre y su comportamiento directo con el planeta.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home